Estos tubos y otros tipos de envolventes como las canales, están diseñadas para proteger y proporcionar una ruta para los conductores eléctricos, desde su punto inicial hasta los dispositivos de consumo. Se pueden instalar en superficie o empotrados en la pared o en el techo, protegen los cables o conductores de la corrosión, el impacto y nos ayudan a evitar el desgaste de dichos cables. Los más habituales para una vivienda son los de 20, 25 o de 32 mm de diámetro.
Tipos de Tubos
a) Según el material
1. Metálicos: Tubos fabricados en materiales como el aluminio, el hierro o el acero, ofrecen alta resistencia al impacto y la compresión. Indicados en espacios con maquinaria en movimiento, como fábricas o talleres de reparación
2. No Metálicos: Tubos fabricados en materiales como los termoplásticos, como el PVC o el polietileno
2.1 Libres de halógenos: Muy resistentes al fuego y excelente capacidad para no propagarlo
2.2 PVC: Este material es un eficaz aislante eléctrico y no se oxida. Es liviano pero menos resistente al impacto que los de acero. Soporta temperaturas que van de los -5° a los 60°C. Son la opción más económica
3. Compuestos: (metálicos y no metálicos): En su fabricación se incluyen una mezcla de los 2 materiales, metal y plástico
b) Según la flexibilidad
1. Rígidos: Son aquellos que requieren de técnicas especiales para su curvado. Están previstos para instalaciones superficiales y sus cambios de dirección se pueden realizar mediante accesorios específicos (curvas, codos, derivaciones y cajas de conexión)
2. Flexibles: Están diseñados para soportar, a lo largo de su vida útil, un número elevado de operaciones de flexión, como puede ser el caso el caso de instalaciones en elementos con partes móviles, como en máquinas
3. Curvables: son aquellos que pueden curvarse manualmente y no están pensados para trabajar continuamente en movimiento, si bien tienen un cierto grado de flexibilidad
